Creatividad es ser capaz de generar soluciones diversas, más allá de las obvias. Las pequeñas empresas deben ser por lo tanto constantemente creativas, para poder competir y trabajar en las mejores condiciones. La habilidad creativa es necesaria en la gestión de equipos, en la respuesta a los clientes, en el marketing, en la creación de nuevo servicio. Sin embargo, el día a día de la pequeña empresa es complejo y muchas veces nos lleva a trabajar en piloto automático, un gran problema para la capacidad creativa, y por tanto innovadora, de la empresa.
En la vida de cualquier empresa, tanto la creatividad como la innovación, entendida como la capacidad de convertir las ideas en soluciones aplicables a algún mercado, encarnan buena parte del motor de crecimiento de las firmas, siendo el equipo directivo el responsable último de nutrir la cultura organizacional con estos elementos.
La innovación puede ser aplicada en cualquiera de los procesos productivos de la empresa: en el abastecimiento, en la producción, en la venta y también, por supuesto, en el desarrollo de nuevos productos y servicios. De aquí la importancia de poder activar en el ambiente laboral la posibilidad de crear, de mejorar, haciendo partícipes a todos los colaboradores.
Mientras más consciente sea el proceso creativo en la empresa, más dinámicos serán los resultados y la puesta en práctica de las soluciones encontradas. El estado consciente de creatividad e innovación es lo que podemos llamar actitud creativa.
Aspectos fundamentales de la actitud creativa
Pensar la creatividad como un concepto alejado de la realidad de la pequeña organización puede hacer cualquier análisis en la conclusión que se trata de una cuestión propia de las grandes firmas, o hasta de un concepto académico. Sin embargo, queremos bajarla a tierra y plantear la importancia de fomentar una actitud predispuesta a encontrar nuevas soluciones y al cambio, utilizando mecanismos y métodos que no responden a las lógicas tradicionales. De esto hablamos cuando hablamos de actitud creativa.
- Motivación y espíritu de búsqueda constante por encontrar mejoras
- Originalidad a la hora de utilizar nuevos enfoques y nuevos métodos, relacionando elementos sin aparente relación
- Voluntad y flexibilidad para adaptarse a las necesidades del entorno
- Inconformismo con el status quo y ansias encontrar soluciones alternativas
Puede parecer que la puesta en práctica de estos conceptos y la utilización de herramientas específicas para desarrollar creatividad e innovación es para empresas grandes con sofisticadas estructuras y departamentos específicos dedicados al área. Sin embargo, esto es un gran mito, que muchas veces detiene el avance de la organización.
Algunas de los beneficios de la creatividad en la empresa
Siempre que incorporemos herramientas de mejora y superación del estado actual, estaremos contribuyendo a aumentar la competitividad de la empresa. Esto no es negociable si buscamos crecer. El desafío pasa por detectar precisa y oportunamente los sectores clave de nuestra organización que pueden llevarnos al siguiente nivel. Algunos de los objetivos que vamos a buscar son:
- Desarrollo del negocio
- Relaciones con los clientes
- Nuevas oportunidades
- Mejora de la competitividad
En próximos posteos vamos a compartir algunas herramientas prácticas para comenzar (o profundizar) a presarle más atención al proceso creativo puertas adentro, para que puedan aplicarlas y experimentar los cambios que (más rápido de lo que parece) se manifiestan.
¿Vos desarrollás alguna actividad específicamente destinada a encontrar soluciones creativas? ¿Cuáles? ¿Notaste mejoras significativas? ¿Qué trabas encontraste para lograr implementarlas de manera constante?
Contanos! Te escuchamos.